Un emprendedor rosarino creó una empresa de limpieza de tapizados y ya se expande con franquicias

Un emprendedor rosarino creó y desarrolló una empresa de limpieza de tapizados que creció fuerte en la región y ya se expande con franquicias por diferentes provincias argentinas.

En una actividad tan cotidiana como la limpieza, Martín Laiguera encontró su fuente de inspiración para crear un negocio propio. Luego de limpiar un sillón del comedor de su casa, como la actividad no le resultó nada sencilla se le ocurrió que podía empezar a ofrecer un servicio a domicilio que la simplificara. Así nació Pipicucu Limpieza y Desinfección de Tapizados, que encontró en la pandemia, el momento para crecer y expandirse por fuera de las fronteras locales.

Si bien comenzó por su cuenta, de a poco fue sumando más personas a su equipo y empezar a profesionalizarse dentro del rubro. El emprendimiento fue escalando y creciendo, primero hacia localidades aledañas a Rosario como Funes y Roldán y luego, un poco más allá.

“Con todo el tema de los rebrotes de contagios que hay, la gente volvió a poner en valor la importancia de mantener la limpieza y no descuidar la parte de tapizados que es fundamental, ya que mucha suciedad se acumula en estos espacios. Ese fue el momento en que me decidí a apostar a desembarcar en nuevos territorios”, destacó Laiguera.

Hoy, Pipi Cucú apuesta al formato de franquicias y tiene presencia en una gran cantidad de ciudades como Santa Fe, Rafaela, Córdoba, Villa María, Paraná, San Nicolás, Ramallo, Río Cuarto, e incluso en ciudades al sur como Bariloche. La idea es seguir apostando a nuevas localidades y provincias para llevar el servicio hacia un nuevo nivel.

“Mi idea fue abrirme lugar en un nicho muy poco desarrollado y que en muchos lugares ni existía. Trabajo con un grupo de personas muy sólido y contamos con buenos equipos y con conocimiento, tanto de los materiales con los que tratamos, como de una variada gama de artículos”, destacó Laiguera.

La empresa realiza la desinfección y limpieza de todo tipo de tapizados que van desde sillones hasta sillas, colchones, alfombras, asientos de auto y también trabajan con materiales como cuero y cuerina. El proceso se realiza a partir de máquinas importadas y productos específicos para el tratamiento de cada tipo de material.

El rosarino agregó que otro plus de su empresa es el hecho de que permite aprovechar y poner en valor los objetos que uno tiene: “en vez de tirar a la basura o descartar un sillón que tiene el tapizado viejo, sillas o bancos, las máquinas con las que trabajo y el equipo que me acompaña logra dejarlos como nuevos. Justamente considero que ‘reciclar’ es la palabra que nos define”.